El pasado 28 de noviembre volvíamos a vernos las caras en la sala Santana 27 para asistir a la penúltima parada del Deathcrusher Tour, la gira extrema que, casi 25 años después, conmemora el mítico Grindcrusher Tour que puso en el mapa a la escena del death y el grind.
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VoiVod durante su actuación |
Tras un rápido cambio y una prueba de sonido exprés, salieron los thrashers VoiVod al escenario. Este es el típico grupo del que has oído hablar un millón de veces, que se supone que tienen discos míticos (sobre todo el Killing Technology), pero que por una u otra historia, jamás los has escuchado. Sí que sabía que tienen un estilo muy propio y peculiar, un metal experimental, progresivo, o como se quiera llamar, que alterna partes verdareramente thrasheras con otras propias del rock más comercial o popular. La mezcla no termina de cuajar, al menos para mí, y pese a que la ejecución de los temas fue excelente, en ningún momento logramos conectar con su propuesta.
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Obituary en la penumbra |
Tras un breve descanso para que montaran la batería de doble bombo, salieron al asalto Obituary. No tenía muy buenos recuerdos de la vez anterior que les había visto en directo, que fue en un Kobetasonik. No sé si fue el escenario demasiado grande, el ser un concierto al aire libre o qué exactamente, pero no disfruté nada aquella actuación. Todo lo contrario en esta ocasión. Un sonido perfecto, atronador, y una ejecución perfecta hicieron que disfrutáramos como enanos del concierto. Casi sin parar fueron desgranando su repertorio, con temas de casi todos sus álbumes, finalizando con Slowly We Rot. Nosotros nos quedamos con las ganas de escuchar Threatening Skies del Back from the Dead, pero se ve que no daba tiempo a más. Aún así, sonaron aplastantes y dejaron un sabor de boca excelente entre los asistentes.
Y finalmente, los cabezas de cartel, Carcass. Tras un parón de 11 años, y cuando ya se daba por imposible la vuelta a la vista de lo alejado de las propuestas musicales que habían iniciado, en 2007 Carcass empezaron a hacer giras esporádicas (y supongo que apariciones bien pagadas en festivales), para volver ya a pleno rendimiento en 2012. Sólo continúan adelante los fundadores Jeff Walker (bajo y voz) y Bill Steer (guitarra y voz), pero las nuevas incorporaciones suplen las ausencias con
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Carcass repartiendo estopa. |
creces. Sobre todo porque el foco de atención sobre el escenario es el Sr. Walker, que ocupa la posición central del mismo y asume la voz principal, aunque en algún tema fue el guitarrista Bill Steer el que asumió esa labor. Este último me dio la sensación de estar bastante estético, oculto bajo la melena rubia y casi que «pasando» del tema, aunque cumplió con su trabajo.
Tuvieron, todo hay que decirlo, peor sonido que Obituary, sonando todo bastante embarullado, lo que restó brillo a la actuación. Parecía un punto medio entre la brutalidad de los inicios y los temas más melódicos de su última etapa, los primeros sonaban faltos de chicha y los últimos sonaban demasiado enfangados. Como nota curiosa durante Keep On Rotting the Free World apareció el batera de Obituary con un cencerro («more cowbell» que decían en Saturday Night Live!). Finalmente, cerraron con un Heartwork que sonó inmenso.
¡Un buen cierre para una larga sesión de metal extremo!