No sé qué me pasa últimamente que no hago más que reseñar discos cuyo punto de partida es el black metal. Myrkur, Svipdagr y ahora Cradle of Filth. Tres maneras completamente distintas de entender el metal (venga, seamos generosos con Myrkur) con una base común, llevada por cada uno a su terreno. Es lo grande de la música y lo que hace que jamás me canse de escuchar nuevas cosas.
Cradle of Filth vuelven a la carga con este Cryptoriana apenas dos años después de su anterior Hammer of the Witches. Si este supuso un retorno a los aires de sus primeros álbumes, está nueva obra se mantiene en los mismos sonidos. Se ve que la casi completa reconstrucción de la banda que tuvo lugar antes del Hammer of the Witches sirvió para insuflar nuevos viejos aires a la banda.
¿Cómo describir rápidamente el sonido de Cryptoriana? La referencia que viene rápidamente a la cabeza es el Midian, que para mí fue el último gran disco de la banda antes de empezar a experimentar con sonidos más propios del nu-metal, en un intento de triunfar al cambiar a Sony (que salió mal, como 20 años antes le pasó a Carcass con… Sony!). Tanto la producción como los arreglos recuerdan poderosamente a dicho álbum. Incluso el tono de voz de Dani Filth vuelve un poco a las andadas, tirando en más ocasiones del tono agudo que en su anterior álbum.
Se trata de un disco largo, con una duración por encima de los 60 minutos, sin que aparezca ningún interludio instrumental, como solía ocurrir. Salvo la intro, los temas son largos, por encima de los 6 minutos (y de los 7 también).
El disco, como en casi todos los trabajos anteriores, suena tremendo. La producción recoge la pegada de la batería y unas guitarras cortantes, sin que a la vez los teclados pierdan protagonismo. Recuerda mucho al Midian, disco que en su momento encontró el equilibrio entre el salvajismo del Vempire y el sonido gótico y recargado del Dusk and Her Embrace.
Resulta difícil destacar un tema, pero yo me quedaría con el asalto inicial, que va desde la intro Exquisite Torments Await, a Wester Vespertine, pasando por Heartbreak and Seance, que rápidamente recuerda al Midian, y Achingly Beautiful, otro de los mejores temas del disco.
De la segunda mitad destacaría que tiene un sonido más «heavy metal». No sé si son los solos o alguna de las melodías ya que, por ejemplo The Seductiveness of Decay tiene riffs claramente inspirados en Iron Maiden, mientras que You Will Know the Lion by His Claw y The Night at Catafalque Manor son temas a piñón y solo rápido digno de los corremástiles de los 80.
Cierra el disco una curiosa versión del Alison Hell de Annihilator, que Cradle of Filth han sabido llevar genialmente a su terreno.
Una cosa que se echa de menos es la típica instrumental breve que Cradle of Filth solían colocar a mitad de disco y que servía para coger aire entre tanto tema largo. Quizá musicalmente no aportaran mucho, pero esos interludios permitían respirar al oyente, y su ausencia hace que el final del álbum se haga un poco pesado.
Cradle of Filth parecen retomar la buena senda en sus trabajos tras unos cuantos años un poco «irregulares». La primera parte del disco es sublime, pero al final se hace un poco largo, lo que le acaba restando frescura al disco y hace que al final la impresión general no sea tan efervescente como al empezar el disco.