Este 2017 se cumplen 35 años de la fundación de Metal Blade, sello norteamericano de sobras conocido por ser uno de los pilares de la industria discográfica independiente. Fundados y dirigidos desde entonces por Brian Slagel, Metal Blade han sido o son el hogar de Slayer, Immolation, Armored Saint, Amon Amarth o Cannibal Corpse, por citar algunos que me vienen a la mente.
Es más, fue el ínclito Brian Slagel el que tuvo mucho que ver en la formación de Metallica: es archiconocido que, siendo amigo de Lars Ulrich, le ofreció un hueco en un recopilatorio que tenía idea de sacar, denominado Metal Massacre. Lars, por aquel entonces sin banda, usó esta oportunidad como gancho para convencer a James Hetfield y el resto ya es de sobra conocido…
Así que, tras 35 años al pie del cañón, ¿qué nos puede contar el Sr. Slagel? Pues a priori parece que no mucho, ya que se trata de una obrita pequeña, apenas 170 páginas escritas con un tamaño de letra bastante grande. Y encima con el párrado sin justificar, pero esto ya entra dentro de las manías personales a la hora de leer un libro. Pocas fotos, pero supongo que al no tratarse del libro de un grupo o músico, que siempre pueden meter fotos de conciertos o del backstage, tampoco habrá muchas cosas de interés.
El libro va relatando la juventud del Sr. Slagel, cómo empezó haciendo un fanzine, después se dedicó a organizar conciertos y cómo al final montó su propio sello para sacar el citado recopilatorio y lo que en principio iba a ser una única aventura se convirtió en su modo de vida.
Va desgranando el crecimiento del sello, los fichajes de diversas bandas (Slayer, Cannibal Corpse, Fates Warning o Armored Saint, entre otros). Son curiosas las historias sobre GWAR (bueno, GWAR en sí mismos son una cosa curiosa). Cuenta cómo fundaron un sello subsidiario para sacer discos no estrictamente de metal, cómo se acercaron a las primeras bandas de grunge (Alice in Chains, sobre todo), al ser grupos que bebían de las fuentes del rock y heavy clásico, cómo se fue introduciendo en el death metal y cómo contribuyeron al crecimiento de esa cosa llamada metalcore.
La verdad es que es un libro muy amable, consigo mismo y con las bandas que salen publicadas en el sello, aunque en los últimos días ha tenido su relevancia ya que Dave Mustaine (que llevaba mucho tiempo sin enfadarse con nadie) la lió en Twitter por un pequeño fragmento del libro sobre su fichaje o no por Metal Blade para publicar su debut (hace cosa de 31 años, ojo). A tal punto llegó la virulencia del tito Mustaine que Slagel ya ha pedido perdón públicamente y ha asegurado que en futuras ediciones retirará dicho párrafo.
Una cosa que se echa a faltar son más fotos, sobre todo de los primeros días del sello; tampoco hubiera estado mal un listado completo de las publicaciones del sello, con su correspondiente portada. Al fin y al cabo, es una historia del sello, ¿no?
En definitiva, un librito curioso con el que echar la vista atrás y ver cómo han cambiado los tiempos en la música.