Vamos de concierto: Moonspell + Bizarra Locomotiva + Norunda

cartelmoonspellbilbaoEl otoño llegó por fin a Bilbao y con él se ha abierto la veda en cuanto a conciertos. Ayer mismo, sin ir más lejos, podíamos optar entre el Halloween Metal Fest en Bermeo, el concierto de Saratoga en Bilbao y el de Moonspell en Bolueta. Demasiada oferta cuando luego nos pasaremos una buena temporada sin catar conciertos de este calibre.

Como Moonspell son una debilidad de quien firma desde su más tierna adolescencia, ayer no había opción y nos encaminamos a gozar de la nueva visita de los góticos portugueses tras su fallida visita hace unos años, cuando cancelaron el concierto de Barakaldo por la floja venta de entradas. Cuestión que planeaba en el ambiente cuando, al comprar las entradas de taco, vi que me daban los números 12 y 13. A dos días del concierto, no parecía un hecho muy prometedor, y cuando al acercarnos a la sala vimos que los alrededores estaban desiertos, la sombra de una nueva cancelación planeó sobre nosotros, aunque por suerte esta vez el concierto siguió adelante.

Escoltando a Moonspell, que venían presentando su reciente 1755, (y tan reciente, lo publicaron el viernes víspera del concierto) teníamos a los galaico-portugueses Norunda y los portugueses Bizarra Locomotiva.

Con puntualidad inglesa a las 19:45 Norunda tomaron el escenario ante poco más de 40-50 personas. Mezclando influencias de thrash clásico y moderno, power metal y algún ramalazo más extremo, a lo largo de 45 minutos fueron desgranando su debut Irruption. Una descarga intensa y casi sin descanso, en la que se les vio moverse por el escenario, disfrutando de su actuación. No obstante, no pudieron disfrutar de un buen sonido, perdiéndose el bajo en algún lugar de la mezcla (porque a nosotros no nos llegaba nada). Cuando su concierto finalizó había bastante más gente pendiente de su actuación, sinónimo de lo bien que lo hicieron. Volverán en febrero con The Haunted y habrá que estar allí.

A continuación, tras un breve cambio de batería y la colocación de unos teclados, llegó el turno de Bizarra Locomotiva. Con una curiosa puesta en escena (el guitarrista enfundado en un mono negro y la cara completamente tapada, y el teclista maquillado al más puro estilo Lacrimosa), arrasaron con su metal industrial, una especie de cruce entre Rammstein y Ministry del que su principal protagonista es su vocalista. La mitad del concierto que no se pasó entre el público se la pasó dando vueltas como un animal enjaulado por el escenario. Un frontman en el auténtico sentido de la palabra. Mientras tanto la banda iba recorriendo su extenso catálogo, dando un atronador recital y seguramente ganando seguidores para la causa.

Finalmente, tras el cambio de escenarioy la última prueba de sonido, a las 22:00 Moonspell aparecieron sobre el escenario. Con una decoración basada en su último álbum, el ya mencionado 1755, recorrieron dicho disco de cabo a rabo. Hay que estar muy seguro de tu último trabajo para tocarlo entero en directo, sobre todo con una discografía tan prolija como la de Moonspell, pero ellos no se cortaron un ápice y lo presentaron en su totalidad. Habiéndolo podido oír sólo una vez, ya que fue publicado la víspera, mi primera y positiva impresión se vio reforzada. Una pena que en el álbum no hayan incluido la versión metálica de Em Nome de Medo, tema que en su versión orquestal sirve de intro tanto al álbum como para el concierto, pero que en la versión eléctrica que interpretaron al final gana muchos enteros.

Moonspell están en un gran momento de forma. Es posible que ninguno de ellos salga en las listas anuales de mejores instrumentistas, pero que clavan los temas es una realidad. En Bilbao dejaron una actuación enérgica, llena de entrega e intensidad y el público congregado (que al final no seríamos más de 300-400 personas) respondió igual.

Tras la interpretación de 1755, llegó el momento de repasar los clásicos. Moonspell se centraron exclusivamente en el Wolfheart y el Irreligious y el público se enfervorizó aún más. Cayeron Vampiria, Alma Mater, Opium, Awake, Ataegina (cosa que jamás hubiera imaginado, me esperaba Wolfshade o Midnight Ride), Mephisto y el fin de fiesta con la preciosa Full Moon Madness. Como se puede apreciar, los pesos pesados de su discografía, aunque no me hubiera importado escuchar algún tema de su anterior Extinct, aunque esto ya es lo de menos.

Tras 90 minutos de concierto, Moonspell se despidieron definitivamente, dando por finalizada la noche. Las caras de satisfacción entre los asistentes eran más que generalizadas, y no es para menos. Una noche en la que las tres bandas cumplieron con creces.

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