Dentro del género de los libros de metal, en completo boom editorial ahora mismo, Metallica son posiblemente la mayor golosina del catálogo. Hace unos meses reseñé el Back to the Front, que cubría la época de la composición y gira del Master of Puppets y hoy vamos con el primer volumen de Nacer, Crecer, Metallica, Morir, que aspira a convertirse en la biografía definitiva de la banda.
Se trata de una biografía autorizada, por lo que tenemos testimonios de los propios músicos, de los productores (sobre todo de Flemming Rasmussen, quien estuvo a los mandos en los álbumes más recordados del grupo) y gente de su entorno, lo que permite conocer muchas veces el punto de vista directo de la banda sobre los asuntos. También es cierto que esto permite conocer la versión de la banda, pero es algo que ocurre en todo libro que ha sido supervisado por el propio protagonista del mismo.
Este primer volumen cubre desde el nacimiento del grupo hasta la publicación del Metallica en 1991. Se trata de un libro muy detallado, que incluso cuenta con un pequeño resumen biográfico de cada miembro en el momento en el que van apareciendo en la historia. Va desgranando todos los hechos
No obstante, en líneas generales, no cuenta nada que hayamos visto en el ya mencionado Back to the Front. Sí que profundiza en detalles, pero da la sensación a veces de que deja escapar grandes oportunidades. En concreto, dos momentos son el cambio de productor para el And Justice For All y los motivos por el que se cepillaron la pista de bajo de la mezcla, que resuelven en apenas un par de párrafos; y en el proceso de grabación del Metallica: habla de la composición, de los motivos de no seguir la senda del And Justice For All y de cómo afrontaron la creación de los temas, pero tiene pinta de que nueve meses de grabación tuvieron que dar para más.
Otra cosa que llama la atención es que en las pequeñas cosas sí que se permite «atizar» a Metallica: por ejemplo, en su capacidad para alternar grandes conciertos con actuaciones desastrosas; en sus destructivas borracheras; reconociendo las malas maneras con las que se deshicieron de Johnny Zazula o Music For Nations al no renovar sus contratos con ellos; e incluso reconociendo que su comportamiento hacia Jason Newsted en sus primeros días en Metallica rozaba el acoso y derribo. Pero amigo, dudar de que al final son Hetfield y Ulrich los que manejan la maquinaria de Metallica (y, en especial, Ulrich), reconocer el peso de Mustaine en sus primeros días, o suponer que Cliff Burton tenía más peso musical del reconocido, de eso nada. En esos momentos los autores se «alinean» con la versión Ulrich del asunto, sin dudar en ningún momento de la misma.
En resumen, un libro detallado sobre la primera década de Metallica, que resulta muy interesante para todo fan que se precie de la banda y que deja con muchas ganas de ver cómo se afrontan los siguientes años de la banda, establecida en el megaestrellato.