Fates Warning es uno de esos grupos que, por ignotas razones, nunca consiguen pasar de una segunda fila mientras que otras bandas logran el estrellato. Cierto es que su propuesta musical, el metal progresivo, no gozaba de la mejor salud posible en sus primeros años, eclipsado por el glam metal y la posterior irrupción del thrash metal no les permitió despegar hasta donde merecían, aunque también es cierto que ese estatus como de «segunda fila» les ha permitido mantener un estilo de música personal.
El motor de Fates Warning ha sido el guitarrista Jim Matheos, a la sazón miembro fundador de la misma y el único que se ha mantenido en la formación de la banda desde entonces, lo que no le ha impedido formar parte de otros grupos como OSI (supergrupo de rock progresivo que supuso la vuelta de Kevin Moore de su auto encerramiento), montar su proyecto personal o participar en el del ex-cantante de Fates Warning John Arch.
Y es precisamente con John Arch con quien comparte la titularidad de este grupo en una historia que resulta muy curiosa sabiendo que los otros tres integrantes de la banda son la sección rítmica de Fates Warning (Joey Vera al bajo y Bobby Jarzombek a la batería) y el ex-guitarrista de la misma Frank Aresti. En fin, una cosa muy curiosa que creo que pocas veces se ha visto, en un ni contigo ni sin tí de manual.
Al menos en este Winter Ethereal participan, además de los ya mencionados, otros músicos de renombre como Steve DiGiorgio (Death, Testament) y Sean Malone (Cynic) al bajo, Baard Kolstad (Borknagar, Leprous) Mark Zonder (ex-Fates Warning) o Thomas Lang a la batería. Gente de muchísima calidad que no hacen sino dar cuenta de la monstruosidad de disco a la que nos enfrentamos.
Producido por el propio Jim Matheos y mezclado y masterizado por el afamado Jens Bogren, la calidad del sonido es apabullante. Con una extraordinaria nitidez y una perfecta mezcla de todos los ingredientes, el disco resulta ser una delicia. Apenas hay un momento aburrido en el disco, repleto de buenos estribillos y melodías que aúnan buen gusto y calidad. Hay temas más metaleros como Vermilion Moons, Wrath of the Universe o Straight and Narrow, rockeros como Wanderlust o la acústica Tethered, una especie de tranquila balada que siempre parece a punto de desbocarse.
Como decía, es un álbum de un nivel altísimo, variado y entretenido sin necesidad de caer en experimentos raros o salidas de tiesto inexplicables. Para mí es uno de los discos de metal progresivo del año, sin duda.