Nuevo trabajo de los renacidos In Thousand Lakes, que están gozando de una segunda juventud de oro a nivel productivo, por cantidad y calidad. Esta vez su nuevo trabajo viene además con la incorporación de Óscar del Val (Dormanth) a las voces, que con su tono más gutural y menos agresivo da otro aire a los temas.
El disco ha sido grabado una vez más en los Chromacity Studios de Pedro J. Monge (virtuoso guitarrista de Vhaldemar), quien se ha encargado también de la producción. El resultado no puede ser mejor, con un sonido potente y una mezcla equilibrada que permite que se escuchen perfectamente todos los instrumentos. Quizá un pelín demasiado nítido, le falta un puntito de «suciedad», pero es posible que de esta manera se pierda también la claridad de las melodías de guitarra. Difícil equilibrio que imagino que irá por gustos.
De los temas, brutal el que fue primer adelanto, Into the Mirror. Rápido, agresivo y con un buen riff, es posiblemente lo más destacado del álbum. Pero Murder Castle no se queda atrás, al igual que Proteus, que tiene otro muy buen riff. Quizá el pesado Black History sea el que menos me ha convencido, pero cuando pisan el acelerador el tema mejora, que es lo mismo que le pasa a Love & Death. De la versión de Dokken (Breaking the Chains) que cierra el disco no tengo mucho que decir (no conozco la original, es más, no conozco a Dokken), por lo que lo más que puedo decir es que está curiosa, sobre todo con el doble juego de voces en el estribillo, para el que han contado con la colaboración de Leire Tejada y cuyo contraste con los guturales queda bastante resultón.
Bien, creo que se nota que me ha encantado. Es con mucho de lo mejor que han sacado junto con el Lifeless Waters, y ahí pesa mucho la impresión que me causó aquel disco, con 16 años. Palabras mayores, vamos. ¡Ahora sólo queda verles en directo!