Debut discográfico para esta banda duranguesa que lleva unos cuantos años en activo y que se ha tomado con calma la entrada en el estudio. Su estilo es puro heavy metal, pero aderezado con múltiples fuentes: a veces suenan modernos, a veces tienen ramalazos ochenteros, hay guiños al metal progresivo, al hard rock… El disco, que autoeditaron a principios de año va a ser reeditado por Sliptrick Records a finales de este mes de octubre, ocasión que hace que merezca la pena revisarlo de nuevo.
El disco, grabado a caballo entre los Auryn Studios del antiguo guitarrista de Darkness by Oath Tristán Iñiguez y los Estudios Tio Pete de Urduliz (Bizkaia), suena muy bien, con una atmósfera de producción añeja que a los temas les viene que ni pintada. Salvando las distancias, ya que la batería suena muy natural y las guitarras son más contundentes, el sonido me recuerda bastante al del Images and Words de Dream Theater.
Musicalmente los miembros del grupo demuestran muy buen nivel, aunque hay que decir que es un disco que no se presta al virtuosismo «porque sí», sino que prima la estructura y la continuidad de los temas por encima de demostraciones de técnica (que también las hay, ojo). Quizá al principio descoloca un poco la voz: acostumbrado a esos tonos tan limpios y agudos del power metal, la voz de Alain Concepción es más rota y rasposa, pero al final el conjunto casa perfectamente.
El disco tiene 7 temas en 42 minutos. Empieza con Flying Away, tema que va in crescendo para acabar recordando a los Dream Theater del Images and Words. En cambio el siguiente Tarker’s Mills tiene un aire más rockero, al igual que Face the Enemy y su pegadizo estribillo. También destacan el rápido Earls of Darkness, The Magician (una especie de balada lenta y atmosférica, en la que predominan los teclados) y el final Blackhearth, dividido en dos partes, un inicio a medio tiempo de corte épico que en su segunda parte va cogiendo velocidad.
A pesar de aunar tantas vertientes distintas, no dejamos de estar ante un buen disco de heavy metal clásico. Tanta variedad tiene sus pros y sus contras: por un lado es un disco que no aburre, al cambiar tanto, pero por otro lado es cierto que hay temas y momentos en los que unas partes parecen estar «pegadas» con otras. No obstante, como debut deja el listón bien alto, esperando ver pronto nuevas entregas de esta banda.