Acabado octubre, aquí va una nueva tanda de reseñas breves.
Empecemos con los americanos Aenimus, combo que aúna metal progresivo, metalcore y death metal, logrando un equilibrio bastante bueno entre sus influencias. Presentándose como una versión salvaje de Between the Buried and Me o The Contortionist, este Dreamcatcher (Metal Blade) se deja escuchar bastante bien aunque al final se puede hacer un poco largo.
Otros americanos, Inter Arma, presentan en 2019 su última obra, Sulphur English (Relapse). Doom, sluge, death y black metal se amalgaman en lo que algunos consideran de los mejores discos de 2019. A mí me ha resultado muy irregular, ya que se van alternando momentos soporíferos y otros geniales, pero al menos no dejan indiferente.
Desde Finlandia llegan Desecresy, dignos herederos de la estirpe iniciada por Demigod, Adramelech o Demilich. Death metal frío y oscuro, con clara inspiración en los grupos antes mencionados, alternando partes pesadas y velocidad siempre aderezadas con buenas melodías. Sin inventar nada nuevo, su Towards Nebulae (Xtreem Music) es un más que decente disco de death metal.
También a través de Xtreem Music llega el nuevo álbum de Thrashfire, Into the Armageddon. Y exactamente eso es lo que proponen, un thrash furioso que desde el primer segundo no deja de repartir cera a lo largo de los 42 minutos que dura el disco. Meten mucha caña y tienen algún riff sobresaliente, pero a mí no me han terminado de entrar.
Korn vuelven con The Nothing (RoadRunner Records). Tienen algún buen riff, estribillos muy coreables de esos que te enganchan en la radio y unos cuantos momentos donde dejan salir su vena más agresiva. Sin embargo, no me gustaban en 1998 y no me gustan en 2019, pero hay que reconocer que tienen cosas bastante peores.
Outstrider (Season of Mist) es el segundo disco en solitario del exvocalista y guitarrista de Immortal Abbath. Poco se diferencia de sus anteriores trabajos (y de su anterior trayectoria, diría yo). Un heavy/black metal que suena muy potente y en el que cada tema por separado suena genial, pero cuando me pongo el disco entero desconecto enseguida. ¿Demasiado lineal, quizá?
Los suecos Monolord son como los hijos bastardos de Ozzy y Tony Iommi. Pocas bandas he oído que se parezcan tanto a Black Sabbath. O al menos esa es la impresión que se me ha quedado tras escuchar el primer tema y que me ha acompañado a lo largo de todo el disco, este No Confort (Relapse Records). No está mal, pero para este viaje prefiero los Black Sabbath originales.
Blood Red Throne presentan su nuevo trabajo Fit to Kill (Mighty Music). Deben ser los únicos noruegos que no tienen una banda de black metal, sino que apuestan por el death metal oscuro y brutal. No sé qué tienen que me hace tilín, a pesar de ser contundentes y pesados como un trasatlántico, una auténtica joyita de death metal brutal.
Todo lo contrario son los catalanes Foscor, que han dejado atrás el black metal de sus inicios para mutar hacia una especie de progressive-post-black-metal del que este Els Sepulcres Blancs (Season of Mist) es su última expresión. Melódicos, oscuros y atmosféricos, incluso cuando dan caña, es un trabajo que merece la pena escuchar.
Acabo con los americanos The Last Reign, que se han autoeditado un EP de tres temas, titulado Prelude, para dar a conocer su nueva formación. Death metal melódico, rápido, con buenos riffs y melodías pero tan falto de originalidad que por momentos podríamos estar ante descartes de las sesiones de grabación del Whoracle de In Flames.