Segundo larga duración para esta banda americana de death metal de la vieja escuela que en seis años de vida ha publicado, además de dos álbumes completos, un disco en directo y numerosos EPs y discos compartidos.

La propuesta de Gatecreeper es, como decía, death metal 100% old school, en el que se alternan partes rápidas y pesadas, riffs y melodías aderezadas con algunos solos de clara inspiración en el heavy metal clásico. Un cóctel que sobre el papel funciona y que Gatecreeper saben ejecutar a la perfección.

Grabado en los Homewrecker Studios de su Arizona natal, el disco tiene un sonido nítido a pesar de estar claramente inspirado en el death metal sueco, es más, la producción remite constantemente al pedal Boss Heavy Metal 2 al que tanto deben multitud de grupos de metal extremo.

Como decía, los temas son los suficientemente variados para que la escucha del disco no se haga excesivamente pesada. La ya indicada alternancia de partes rápidas y pesadas, además de la presencia de buenas melodías en los temas lo hace lo suficientemente entretenido como para retener la atención del oyente a lo largo de sus casi 45 minutos de duración, a pesar de no haber inventado nada nuevo. Así, temas como el pegadizo Puncture Wounds, el intenso y contundente From the Ashes o Sweltering Madness y Boiled Over, de fuerte inspiración en Black Sabbath pueden considerarse los puntos álgidos del disco.

Otro buen disco de death metal con melodías que lo hacen más accesible y entretenido, aunque ello no sea capaz de hacernos pasar por alto la absoluta falta de originalidad de que hacen gala Gatecreeper, quienes siguen al pie de la letra el manual del death metal melódico.