Cuarto álbum de esta banda proveniente de Bermeo que parctica una mezcla de hard rock y heavy metal muy en la onda de Mötorhead, con algún ramalazo más punk diseminado a lo largo del álbum. Formados en 2003, desde 2013 es cuando se puede decir que empiezan a funcionar más en serio, tras la publicación de su segundo álbum Acero y Sangre.
El disco ha sido grabado en los Chromacity Studios y producido por Pedro Monge (quien colabora también en el tema Evolución de la Destrucción). Como nos tiene acostumbrados, el sonido es perfecto, nítido y limpio pero sin perder un ápice de la potencia y actitud que desprenden los temas.
El disco está lleno de temas directos, rápidos y con estribillos pegadizos, espolovoreado a su vez con buenos solos de guitarra. Se echa en falta algún momento de respiro, ya que ponen la directa en el primer tema y salvo algún ritmo más dinámico, el resto es bastante monolítico, pecando de lineal.
No obstante esto, el disco está trufado de buenos temas. Desde el inicial Berserker (estribillo pegadizo, doble bombo cañero), pasando por el genial homenaje a Lemmy titulado Rickenbastard (con una letra compuesta por juegos de palabras con los títulos de sus canciones), el cañero y heavy metalero Evolución de la Destrucción y el más rockero Anne Bonny, ideal para el directo.
Es un disco animado, cañero y lleno de pegadizos estribillos, ideal para pasar un buen rato (y en directo tiene que ser la bomba). Es cierto que a veces puede pecar de lineal, al no variar un ápice la velocidad, pero en general está entretenido.