En plena época navideña, entre todo tipo de cenas y villancicos, conseguimos hacer un hueco para acudir al concierto que en la sala Groove de Portugalete (que menuda actividad frenética lleva últimamente, por cierto) nos ofrecieron los bilbainos In Thousand Lakes y los durangueses Blackhearth.

Ambas bandas estaban de estreno: Blackhearth debutaban en directo presentando su homónimo álbum debut e In Thousand Lakes estrenaban su último EP, el fantástico Evolution. Formaban un cartel bastande diverso, ya que el heavy metal de tintes progresivos de Blackhearth poco tiene que ver con el death metal melódico de In Thousand Lakes, pero sin embargo en ningún momento una desentonó sobre la otra.

Cuestiones laborales nos impidieron llegar a la hora y por ello pillamos bastante empezado el concierto de Blackhearth. Dada mi escasa habilidad para recordar set-lists, creo que pudimos ver completos Blackhearth, Tarker’s Mills y The Magician, además de otro tema de cuyo nombre no puedo acordarme. Luchando contra la falta de espacio en el escenario, dejaron muestras de sobrada habilidad técnica. Quizá el sonido era un tanto espeso, pero nada que desluciera el resultado final. Mostrándose bastante seguros para ser su debut en directo, disfrutaron en el escenario e hicieron disfrutar al público.

Tras los consabidos cambios de equipo y demás, saltaban In Thousand Lakes al escenario. Dieron un buen repaso a Evolution, que creo que tocaron casi completo (desde luego Murder Castle, New Worls Order y Black History cayeron fijo), pero sacaron tiempo también para su anterior álbum Age of Decay (de aquí recuerdo I Rise y Ethereal) e incluso Tears for a God del ya lejano Lifeless Waters, además de una versión del Keep On Rotting the Free World de los míticos Carcass. Fueron un dechado de contundencia y melodía, dejando claro que con los años no han hecho sino mejorar. Además, la adición de Óscar del Val (vocalista y guitarrista también de Dormanth) creo que les ha hecho subir un puntito, con ese tono tan gutural. Y mención también al bajista Emilio, que después del concierto andaba con una férula en su mano a causa de problemas físicos. Si eso no es dejarse la piel, no sé qué más puede serlo.

Muy buena noche de metal, con un descubrimiento (el potencial de Blackhearth es considerable) y una confirmación (In Thousand Lakes son muy buenos). Como pistoletazo de las fiestas navideñas, no podíamos haber encontrado mejor evento.