Vamos al cine: Star Wars Episodio IX – El Ascenso de Skywalker (2019)

poster-star-wars-el-ascenso-de-skywalker-1576616030AVISO: Voy a contar toda la trama en esta reseña, así que todos aquellos que todavía no hayáis visto la película, podéis leer sólo los primeros párrafos. A partir del aviso no me guardo nada, y os recomiendo no leer nada si queréis ir al cine dispuestos a ser sorprendidos. O no.

Creo que es de sobra conocido por todos que Star Wars es una de mis debilidades desde que soy un crío. Uno de mis primeros recuerdos cinematográficos es ver con 7 años la escena de la congelación de Han Solo en El Imperio Contraataca y el consiguiente disgusto que me llevé. Desde ahí, al igual que con El Señor de los Anillos, cada cierto tiempo revisaba la saga manteniendo la misma ilusión que aquel entonces. Ví Clone Wars con buena disposición, pero todavía no he podido ver los Episodios II y III, después del fenomenal disgusto que supuso La Amenaza Fantasma. Y me está costando esperarme a The Mandalorian.

De las nuevas películas creo que ya comenté en esta página tanto los episodios VII y VIII (meros remakes de Una Nueva Esperanza y El Imperio Contraataca) como la fenomental Rogue Wars. Por prescripción médica he evitado Han Solo: no he encontrado a nadie dispuesto a darme un argumento a favor de ella.

Así que con un subidón tremendo tras ver los trailers, luego mitigado por el escepticismo creado por la avalancha de críticas negativas que he leído estos días, surgió la oportunidad de ir a verla, oportunidad que enganché por el cuello porque, al fin y al cabo, la publicidad dice que estamos ante el fin de la saga. Y eso es algo que no estoy dispuesto a perderme.

Así que vaya por delante que esta es la visión de un fan lo suficientemente friki para pasearse en navidades con un jersey navideño de Star Wars, pero lo suficientemente cuerdo como para no ir disfrazado al estreno. La película tiene una virtud, y es que consigue tenerte tenso en la butaca. Puedo decir que me he tirado nervioso y ansioso gran parte del metraje, hasta los 20-25 minutos finales en los que digamos que la tensión se rebaja un poco. Creo que eso es algo que hay que reconocerle al guión, tan denostado por la red, pero que una película te tenga casi todo su metraje con tensión sobre lo que va a ocurrir creo que es bastante reseñable.

No obstante, creo también que peca de querer contar muchas cosas en muy poco tiempo. Al ser los dos primeros Episodios de esta trilogía meras recreaciones de los Episodios IV y V, todas las novedades y giros de guión que supuestamente iban a apartarse en esta película hacen que tengamos que dar bastantes cosas por supuestas y/o sabidas, además de pasarse cosas por el forro. Otra cosa que me chirría son las escenas de lucha de sables, con saltos y habilidades más propias de películas de ninjas que de Star Wars y que son propias de esta nueva trilogía.

Y a partir de aquí, destripe cual disco de Carcass.

O de Exhumed.

Si sigues leyendo, es porque la has visto, porque te importa una mierda o porque no puedes aguantarte.

Una cosa que he leído por ahí y que tiene toda la razón es que cómo es posible que en una galaxia con miles de planetas y sistemas solares, siempre se encuentren a la persona adecuada en el sitio correcto. O que dos familias se repartan todos los asuntos de poder de la misma. En este sentido, el gran debe del guión es repetir el esquema de El Retorno del Jedi y convertir la filiación de Rey, el gran misterio de la serie, en un gran descubrimiento. Descubrimiento que llega en el primer tercio de la película y que, para mí, creo que sobraba. Por muy grandilocuente que sea decir que Rey es nieta (!) del resucitado Palpatine (!!! – bueno, lo de resucitado lo sabíamos desde el trailer), es algo que, en el fondo, apenas influye en la trama. No es como el duelo de Darth Vader en el citado Episodio VI cuando tiene que debatirse entre dejar a Palpatine matar a Luke o salvarle: cuando Rey llega al escondrijo de un Palpatine mantenido artificialmente en vida, ya tiene claro que no va a sucumbir al lado oscuro.

En ese aspecto es mucho más interesante el viaje de Kylo Ren/Ben Solo. Sometido en principio a la voluntad de Palpatine, tras un espectacular (más bien flipado) duelo de espada contra Rey, y tras ser curado por ella tras herirle de muerte (provocando la muerte de Leia en la distancia), la visión de su padre (un Harrison Ford que transmite más en su escena que la mitad del elenco en toda la trilogía) le hace abandonar, redimirse, asumiendo el  mismo camino que su idolatrado abuelo. Es él quien, en el último momento, da sentido a todo al aliarse con Rey en su duelo con Palpatine y resucitar a ésta tras caer muerta al volcar toda su energía Jedi en el duelo final contra el Emperador.

De ahí que en la emotiva escena final, enterrando los sables de luz de Luke y Leia (porque sí, resulta que en algún momento Leia recibió entrenamiento Jedi) junto a la casa del tío Ben en Tatooine, Rey conteste a la pregunta sobre su apellido con un «Skywalker». Porque los sith han desaparecido con el Emperador, y la fuerza Jedi que ahora es suya fue la de Ben Solo, quien al fin y al cabo no deja de ser un Skywalker.

Repito, sé que no soy objetivo, que Star Wars es para mí mucho más que una simple película, pero el El Ascenso de Skywalker no es ni mucho menos el desastre que nos dicen que es. Tiene fallos, no es una película redonda (desde Rogue One no hay una película de Star Wars que lo sea), pero creo que es un buen final a una saga que lleva toda una vida con nosotros. Y para algunos eso es literal.

Solo espero que Disney respete el universo Star Wars y que, una vez cerrado el capítulo Skywalker, las nuevas películas y series estén a la altura. Ya son libres de innovar, que lo hagan.

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