Vamos allá con lo que ha deparado febrero.
El funeral doom es uno de los estilos más complicados: ritmos ultralentos, notas eternas y temas larguísimos que al acabar no tienen nada que ver son el principio. Los ingleses Esoteric son unos de los adalides del género y su última obra, A Pyrrhic Existance (Season of Mist) es una auténtica joya, repartida en 6 temas y casi 100 minutos de duración de los que merece la pena cada uno de ellos. Un trabajo denso que requiere tiempo para apreciar sus matices.
Vltimas es el nombre del nuevo proyecto encabezado por el legendario David Vincent (la Voz de Morbid Angel), quien se ha rodeado de dos bestias pardas como Flo Mounier (Cryptopsy) y Rune Eriksen (Aura Noir, Mayhem, Nader Sadek). Su debut es el brutal Something Wicked Marches In (Season of Mist), un compendio de death y black metal bastante original (dentro de lo que cabe), lejos de las veleidades techno de su última obra con Morbid Angel.
Si por algo es conocido hoy día Marko Hietala es por ser el bajista y vocalista de los melosos Nightwish. Con Pyre of the Black Heart (Nuclear Blast) da rienda suelta a sus inquietudes musicales, que oscilan entre el hard rock y el heavy metal más clásico. A mí me ha gustado bastante más que su banda principal, a pesar de compartir con la misma la masiva presencia de teclados y ese aire grandilocuente de las canciones.
Por más que lo intente, el metalcore no me gusta. Es por eso que el nuevo álbum de Fit For An Autopsy, The Sea of Tragic Beasts (Nuclear Blast), a pesar de tener momentos lucidos, pasa sin pena ni gloria. Caña burra por un tubo, aderezada con una pizca de técnica, y estribillos comerciales es la manida fórmula por la que apuestan Fit For An Autopsy, exprimiendo la receta del metalcore hasta la última gota.
Hay que reconocer el tesón de Jeff Waters, alma mater de Annihilator. Más de 30 años de carrera, 17 álbumes, docenas de compañeros de banda, y sin embargo ahí sigue. Ballistic, Sadistic (Silver Lining Music) es su última obra, en la que encontramos un poco de thrash clásico, otro poco de metal más moderno y algún ramalazo de heavy metal. A pesar del buen hacer a nivel instrumental, a mí no me ha llegado en absoluto, resultandome un disco pesado y aburrido (como casi todos menos el debut, Alice in Hell).
Vuelven Napalm Death con un EP de dos canciones, Logic Ravaged by Brute Force (Century Media). El tema nuevo es quizá algo menos crujiente e histérico que su último álbum, el genial Apex Predator de 2015, pero igualmente cañero e interesante. De la versión de Sonic Youth no puedo decir mucho porque no he escuchado la original, pero Napalm Death consigue que pase como suya, lo cual ya es un punto a favor. Este pequeño adelanto me ha dejado con ganas de más, de mucho más Napalm Death.
El próximo mes, más.