Blaze of Perdition es una banda polaca de black metal que lleva activa bajo este nombre desde 2007 (habiendo estado desde 2004 funcionando bajo el nombre Perdition). Al igual que sus compatriotas Decapitated, también han superado la pérdida de un músico en un accidente de tráfico estando de gira, situación que les tuvo parados dos años entre 2013 y 2014.

Superadas las heridas (al menos las físicas), este es su tercer álbum desde entonces. Su propuesta es puro black metal en el que se entremezclan velocidad y pasajes más atmosféricos, con un gran tratamiento de las guitarras. Salvando las distancias (que son bastante grandes), me recuerdan a los Moonspell más agresivos, sobre todo por la capacidad de crear atmósferas oscuras, evidentemente despojados de esos elementos góticos que tan bien caracterizan a los portugueses.

Producido una vez más por Haldor Grunberg, con quien llevan trabajando desde 2013, el disco goza de muy buen sonido, limpio y nítido al tiempo que no pierde un ápice de crudeza o agresividad. Las múltiples capas de guitarras que otorgan a los temas ese componente atmosférico suenan perfectamente integradas contribuyendo a enriquecer los temas.

El otro elemento que da riqueza a las canciones y que hacen que el disco no sea en absoluto aburrido es que a lo largo de los temas van jugando con los tempos intercalando partes rápidas y otras más lentas o pesadas. Son temas largos, de más de 6 minutos, en los que se permiten explorar distintas variantes, con el buen resultado que señalaba. Dentro del buen nivel general hay que destacar Transmutation of Sins, What Christ Has Kept Apart y The Great Seducer, además de la curiosa versión del tema Moonchild de Fields of the Nephilim.

Un más que notable trabajo, lleno de matices, que hará las delicias de cualquier aficionado al metal extremo.