Veamos para qué ha dado de sí lo que llevamos de cuarentena, musicalmente hablando.

Los ingleses Sylosis vuelven de un breve letargo con Cycle of Suffering (Nuclear Blast). Mantienen una apuesta por una mezcla de death y thrash metal con un punto de melodía y mucha influencia de metal moderno. Un resultado irregular, en el que los buenos momentos se alternan con otros no tan inspirados, en los que prima ese metal agresivo moderno que a mí no me resulta de especial agrado.

Con todo lo que me gustó su anterior The Anthropocene Extinction, el nuevo álbum de los americanos Cattle Decapitation, Death Atlas (Metal Blade), me ha dejado muy frío. Han perdido gran parte del punto de death metal técnico que tenían para optar por algo mucho más simple y directo, a mi parecer. Esto les deja siendo una buena banda, pero el disco me ha parecido bastante montonero. Una pena.

Quinto álbum de Suicide Silence, titulado Become the Hunter (Nuclear Blast). Son una de las bandas cabeceras del deathcore y la verdad es que el disco suena intenso, agresivo y atronador, con una producción brutal. Ahora bien, se me ha hecho eterno, larguísimo y aburrido con tanta pesadez en las guitarras, tanto breakdown y ese punto entre gutural e histérico de las voces. Será que no estoy hecho para el metalcore.

El nuevo álbum de los italianos Hideous Divinity es una demostración de brutalidad y técnica a partes iguales, sin caer en el exhibicionismo pirotécnico de otros grupos. Simulacrum (Century Media) suena aplastante, alternando partes rápidas y caóticas con otras pesadas y controladas. Un disco entretenido que gracias a la variedad señalada no se hace aburrido ni pesado en ningún momento.

Fernando Ribeiro (vocalista de Moonspell) se ha lanzado a la aventura editorial con Alma Mater, donde además de libros publica algunos discos. Sacó el debut de Okkultist, la reedición de Desire y ahora ha lanzado el nuevo álbum de Ironsword, Servants of Steel (Alma Mater). Heavy metal de corte ochentero, con juego de voces al más puro estilo King Diamond, con bastante calidad pero sin nada nuevo que aportar al género.

Una de las bandas más experimentales a las que me he enfrentado nunca son los italianos Nero di Marte, que con Immoto (Season of Mist) publican su tercer álbum. Metal extremo mezclado con partes completamente psicodélicas y experimentales, en un despliegue de originalidad brutal que, en ocasiones, se vuelve en su contra al ser fácil perder el hilo de los temas. Pero merece la pena la escucha.

¡Nos leemos el próximo mes!