Testament – Titans of Creation (2020)

Menuda segunda juventud la que están viviendo Testament. Una de las grandes bandas de la segunda ola del thrash metal, considerada por muchos como la quinta grande del thrash, ha sabido reponerse de manera sobresaliente a la crisis que en los años 90 y 2000 se llevó por delante a muchos de los grupos clásicos.

Así, desde el directo Live in London que documentó de forma sobresaliente la gira de reunión, han ido publicando con puntualidad británica un nuevo álbum cada 4 años. Este Titans of Creation es, por tanto, la cuarta entrega desde la gira de reunión, quedando ya sólo el fenomenal guitarrista Alex Skolnick en la formación (la cosa no acabó bien con Greg Christian y Louie Clemente estaba retirado del negocio musical).

El disco ha sido producido por Eric Peterson y Chuck Billy, los dos únicos miembros que permanecen en la banda desde 1986 y que ejercen de absolutos dueños y señores de la misma, con la colaboración de Juan Urteaga (Vile, Machine Head, Vicious Rumors) y mezclado por Andy Sneap. El resultado es bastante continuista, al menos en el sonido: un sonido contundente, muy «gordo», en el que la batería suena muy potente, el bajo retumba y sobre el que las guitarras se imponen, afiladas y cortantes. Como digo, desde el The Formation of Damnation siguen esa estela, perdiendo parte de la frescura que antes suponía un nuevo disco de Testament, con un sonido siempre cambiante. De esta segunda época el culmen fue el Dark Roots of the Earth, con un pequeño bajón ya en el Brotherhood of the Snake.

Musicalmente el despliegue es espectacular. Una cosa que han conseguido es ser fácilmente reconocibles, ya que el estilo de Eric Peterson a la guitarra es único y la voz de Chuck Billy, mezcla de gutural y aguda es reconocible desde la primera sílaba. Sobra mencionar la abrumadora calidad de Alex Skolnick como guitarra solista, uno de los músicos más infravalorados del mundo, la solidez de Steve DiGiorgio al bajo y el impresionante despliegue de Gene Hoglan a la batería, otro músico que ha dejado su firma en alguno de los mejores trabajos del metal extremo, aunque esta vez los dobles bombos marca de la casa ya no están tan presentes.

Quizá los temas sean más dinámicos que rápidos, sin que por ello no haya ramalazos de pura velocidad. Es una especie de thrash «a medio tiempo», con un marcado aire más cercano al heavy metal clásico. Todo el disco transcurre al mismo tempo, haciéndose demasiado lineal. Desde el inicial Children of the Next Level (con un buen riff, un estribillo pegadizo y un buen solo), todos los temas tienen buenos momentos, aunque no htengan demasiada continuidad. Merece la pena destacar los rápidos False Prophet y Code of Hammurabi, los pegadizos Night of the Witch (qué buen riff al final) y The Healers, quedando una sensación de que lo mejor del disco está al final.

Por tanto, este Titans of Creation deja un poso agridulce: tiene buenos temas y goza de una impecable ejecución, pero se hace muy lienal y acaba por transmitir una ligera sensación de estancamiento. Parece que la banda se hubiera acomodado en una fórmula que, por fin, les da los merecidos réditos en cuanto a popularidad (y se supone que ingresos). A ver si se ponen las pilas…

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