¿Os acordáis de cuando se podía ir a conciertos? Es más, ¿os acordáis de lo que es un concierto? Parece mentira que hace apenas seis meses estuviéramos viendo a Etorkizun Beltza abrir para In Thousand Lakes y que desde entonces, primero por agenda y luego por la pandemia global no hayamos pisado una sala de conciertos.

Fue en tal fecha cuando Etorkizun Beltza nos anunciaron que estaban inmersos en la grabación de su segundo álbum, este Ekaitzen Osteko Sua, que esperaban estrenar en breve y del que si mal no recuerdo llegaron a estrenar un par de temas. Un segundo álbum madurado tras cinco años de espera desde su debut y que finalmente publicaron en abril.

La propuesta de Etorkizun Beltza no ha variado un ápice de lo ofrecido en su concierto de diciembre. Estamos ante un estilo de heavy metal contundente y pesado. Grabado en los Chromacity Studios, la producción es muy buena, con un sonido nítido y limpio, y la mezcla justicia a todos los instrumentos, permitiendo seguir las líneas tanto de guitarra como de bajo sin que unas pisen a otras.

Como ya pudimos comprobar, los músicos de Etorkizun Beltza exhiben un nivel instrumental muy bueno, al que se añade la voz aguda de su nuevo vocalista, Imanol. Su heavy metal bebe tanto de grupos internacionales como Iron Maiden o Judas Priest como de bandas euskaldunes como Su Ta Gar. Los temas suenan potentes, sin hacer alardes de velocidad (salvo el rabioso Apirilak 26… o Sasijainkoen Elikagaia, el más logrado del CD) tirando de estribillos pegadizos (Altsasukoak Aske! o Hitzen Gabezia).

El disco está bastante bien, quizá peca de ser demasiado lineal ya que los temas se desarrollan en un tempo machacón y no hay muchos cambios de ritmo que lo hagan más variado. Aún así, es un buen trabajo de heavy metal sin fisuras que merece la pena escuchar.