No tenía fichados a los franceses Svart Crown y he de reconocer que su más reciente Wolves Among the Ashes (Century Media) es un más que decente trabajo de blackened death metal cañero y agresivo con el pequeño inconveniente de que son calcados a Behemoth. Tienen buenos temas, y si consigues obviar la sensación de estar escuchando descartes del Evangelion es un disco bastante aprovechable.
Los alemanes Crematory cumplen casi 30 años de carrera, siendo unos de los pioneros del gothic metal, primero aderezado con death metal y luego introduciendo elementos más industriales y «modernos». Con un sonido por momentos más cercano a Rammstein que al metal extremo del que surgieron, este Unbroken (Napalm Records) tiene temazos como el tema-título (con una letra plagada de autorreferencias) y otros que resultan bastante aburridos. Pero como ellos dicen, «music is an addiction«, y que siga así.
Desde Estados Unidos llegan The Wise Man’s Fear con su tercer álbum, Valley of Kings (Sharptone Records), después de autoeditarse los dos primeros trabajos. Hacía mucho tiempo que no escuchaba un popurrí de géneros tan dispar: metalcore con ramalazos brutales que, sin solución de continuidad, pasa a una especie de secciones poperas ultracomerciales. Muy bien tocado y tal, pero las partes agresivas las hemos oído mil veces y las melódicas son demasiado pasteleras. No es mi estilo.
Los neoyorquinos Pyrrhon presentan Abscess Time (Willowtip Records), que es su cuarto álbum en una carrera de doce años. Mezclan un death metal técnico y con influencias jazzeras con grindcore del más alocado. Una producción sucia y caótica para un disco que lo mismo te mete un blastbeat que un ritmo pesado y arrastrado o que una parte hipertécnica. Muy ecléctico, resulta difícil seguirle el ritmo y le cuesta engancharte..
Nacidos de la mente del multiinstrumentista y artista visual Mike Hrubovcak, Azure Emote publican su tercer disco, oportunamente titulado The Third Perspective (Selfmadegod Records). Un compendio de death metal técnico y progresivo con elementos psicodélicos, operísticos, teclados e instrumentos clásicos. Una amalgama de géneros, ya que tan pronto estamos ante un death metal desquiciado como ante momentos de rock experimental o doom metal atmosférico. El mayor problema es que por separado suenan geniales, pero combinados en un mismo tema no terminan de casar.