La vuelta al cole ha sido más dura de lo que pensábamos, pero aquí están las reseñas de septiembre:
Empezamos con el supergrupo Venomous Concept, en el que militan 2/3 de los Napalm Death actuales, que presentan su cuatro larga duración, Politics Versus the Erection (Season of Mist). Hardcore/punk que raya en el grindcore, te deja con ganas de bronca. Un buen aperitivo para el próximo disco de Napalm Death.
Desde Finlandia llegan los inclasificables Oranssi Pazuzu que presentan Mestarin Kynsi (Nuclear Blast). Sin duda alguna es una de las cosas más originales, distintas y alocadas que he podido escuchar últimamente (bueno, y en mucho tiempo). Sobre una base black metal meten aires electrónicos, partes industriales, miles de efectos… Mezcla muy curiosa que, sin embargo, acaba por funcionar.
Los debutantes Irist se presentan en sociedad con Order of the Mind (Nuclear Blast). No sé cómo calificar esto, ¿post-deathcore melódico? En cualquier caso, intenso y agresivo a la vez, melódico y atmosférico, con ese aire «pop» que caracteriza al nuevo metal americano. Buenos momentos (Eons es un temazo), pero a la larga se me acaba haciendo bola.
Uno de los discos del año iba a ser el nuevo trabajo de Nightwish, titulado Human. :II: Nature. (Nuclear Blast). Es un disco muy bonito, que en un disco de heavy metal no sé si puede ser un halago. Junto a las grandes orquestaciones marca de la casa, encontramos riffs crudos de guitarra (los hay) y la gran voz de Floor Jansen al frente de todo, que se deja escuchar. Cosa aparte es el tema All the Works of Nature Which Adorn the World, dividido en 8 partes, prácticamente orquestal e instrumental, que se hace un poco largo. Le sobran minutos o le faltan elementos, pero acaba desluciendo la experiencia.
¡Menos mal que Ice War y su Defender, Destroyer (Fighter Records) vienen a dejar claro qué es el heavy metal! Traídos directamente desde los años ochentam son el cruce perfecto entre las melodías de Iron Maiden y las bases rítmicas de los Helloween más rápidos. La producción oscila entre lo ochentero y lo moderno sin sonar desfasada ni ultra moderna. El único pero que se le puede sacar es el tono de voz del vocalista, con una voz a lo DiAnno o Lemmy. Por lo demás un buen disco de heavy metal clásico.
El mes que viene, más.