En el heavy metal ya creíamos haber visto todo tipo de vertientes hasta que llegaron los escoceses Alestorm y su Pirate Metal, perfeccionado desde los tiempos en que se llamaban Battleheart. Básicamente se trata de un folk metal con mucho, mucho sentido del humor y una escasa tendencia a tomarse a ellos mismos en serio, al contrario que muchas bandas de folk metal (sobre todo nórdicas) que se toman todo demasiado en serio.
A lo tonto llevan 12 años de carrera y seis discos en los que han ido refinando su estilo hasta convertirlo en algo particular. Con la constante presencia del vocalista y teclista Christopher Bowes como motor de la banda (único miembro que queda de los tiempos de Battleheart y de la primera encarnación de Alestorm), poco ha poco han conseguido hacerse un nombre propio en la escena musical.
Para grabar este Curse of the Crystal Coconut se fueron a Tailandia en enero de este año, para mezclarlo y producirlo en Alemania con Lasse Lammert, con quien llevan trabajando desde su debut. Como dicen en una entrevista, ¡para qué irse a Alemania en pleno invierno! En lugar de eso se buscaron un estudio con piscina, buen ambiente para tomar unos cócteles y grabar «relajados». ¿El resultado? El disco suena genial, aunque demasiado pulido y nítido para mi gusto. El sonido de batería quizá haya quedado un poco «sintético», pero las guitarras y teclados suenan perfectas, con un equilibrio perfecto entre ambos. Como bien dicen, con un buen ordenador y buenos micrófonos grabas en cualquier lado.
En cuanto a los temas, Alestorm podrán ser poco serios en cuanto a las letras (Treasure Chest Party Quest es toda una declaración de intenciones) y ellos mismos, pero que eso no haga perder de vista que aquí hay un puñado de canciones sólidas, con buenos riffs y unos estribillos pegadizos (Fannybaws, Pirate Metal Drinking Crew, Zombies Ate My Pirate Ship), además de pegadizas melodías (Chomp Chomp). Hay temas rápidos (Call of the Waves, el principio de Wooden Leg Part. 2), medios tiempos (Zombies Ate My Pirate Ship), lo que hace que en ningún momento te aburras con el disco.
Capítulo aparte merece Tortuga, o como atreverse con el reggaeton y no salir demasiado malparado. Es la demostración de que a Alestorm se la suda todo, ellos han venido a pasarlo bien y al final eso es lo que cuenta.
Finalmente, mencionar la «versión S. XVI» de los temas que se incluye dentro de la Edición Deluxe del disco y que, al más puro estilo Alestorm, es una troleada en toda regla. El motivo descubridlo por vosotros mismos.
Un buen disco de folk/heavy metal, sin duda. Aunque parezcan una panda de chalados (que lo son), en el fondo Alestorm son una banda seria, que se toman en serio su trabajo y por ello han sacado un disco muy consistente, en el que apenas hay momentos flojos. Un disco lleno de temas alegres y festivos recomendado para pasar un buen rato. Y cuando vengan a tocar no me los pienso perder.