Uno de los discos más esperados del año, publicado por una de las bandas que se supone que debería tomar el relevo de los grandes clásicos del metal en cuanto a popularidad y protagonismo en los carteles de los grandes festivales de música. Después de muchos años en la pomada manteniendo la misma formación (desde 1999 la formación no había alterado, caso sorprendente), en 2019 se produjo la salida definitiva del batería Chris Adler tras dos años de baja médica, con el fichaje de Art Cruz para sustituirle.
Si bien en una primera época fueron identificados con lo que se dio en llamar Nueva Ola del Metal Americano y que en realidad fue el auge del metalcore, con el tiempo han ido rebajando la presencia de esas influencias más modernas e incrementar la presencia de elementos más cercanos al metal clásico.
El disco, que goza de muy buen sonido, está lleno de riffs contundentes que gozan de un tono de guitarra genial, cortante y afilado sin perder por ello la limpieza y finura necesarias en las partes más melódicas. Llama la atención que apenas hay solos, estando mucho más centrados en los riffs y melodías de los temas. Igualmente versátil resulta el registro vocal de Randy Blithe, jugando con las partes agresivas y otras más melódicas. Como colofón, el nuevo batería demuestra estar a la altura de su predecesor (tarea complicada), saliendo más que airoso del envite.
He de decir que el disco me ha resultado bastante lineal. En su mayor parte el disco camina a medio tiempo, con algún punto más rápido, y muy buenos estribillos en casi todos los temas. Destacan el inicial Memento Mori, Checkmate, Reality Bath, el thrashero Routes (con Chuck Billy de Testament) y Bloodshot Eyes, que empieza lento y va in crescendo hasta la parte final.
Es por ello que la sensación que queda es la de un disco muy homogéneo, donde no hay un pelotazo claro pero todos los temas demuestran estar a buen nivel. El problema es que tanta homogeneidad hace que a su vez todos pasen un poco desapercibidos, cuando escuchados por separado son auténticos trallazos. No es el mega exitazo que se preveía pero es un trabajo más que solvente.