Rogga Johansson es todo un personaje dentro de la escena del death metal sueco. La lista de grupos en los que es o ha sido miembro es extensísima, así como la de las participaciones en las que sólo actúa como invitado. No solo eso, sino que además es de lo más prolífico. Un vistazo rápido en Discogs arroja que va a terminar 2020 con 8 álbumes publicados en sus distintos proyectos. Ya hay que tener tiempo.

Uno de todos los proyectos que tiene Rogga en marcha es este, Megascavenger. Puesto en marcha en 2012, en todo este tiempo ha publicado un EP y cinco álbumes completos. Todo ello siendo un dúo (hasta la marcha del batería Brynjar Helgetun), lo que da una idea de la prolífica cantidad de ideas que asoman a la mente del Sr. Johansson.

Grabado por el propio Rogga en sus The Rotpit Studios, estamos ante un disco de death metal de la vieja escuela sueca, género donde Rogga se desenvuelve con garantías. Los ingredientes ya sabemos cuáles son: guitarras crujientes, velocidad y una voz cavernosa. El propio Rogga se encarga de las voces, guitarras y bajos, contando con la ayuda del batería Jon Skäre y distintas colaboraciones en los solos de guitarra. La producción acompaña, con un sonido añejo que va como anillo al dedo a los temas.

A pesar de incluir 8 temas, el disco no llega a la media hora. Las canciones son rápidas e intensas, sin que por ello no deje de haber espacio para partes más pesadas y algún ramalazo melódico (como en Nothing but the Feet Remains, muy buen tema, o la parte intermedia de Five Severed Fingers), manteniendo siempre el filo oscuro. Se van alternando los temas rápidos (The Beckoning of the Rats, Human Sinkhole) con los pegadizos (First We Slay (Then We Gorge)), pero siempre con un buen riff (They Went Mad, por ejemplo).

Megascavenger no traen nada nuevo, es cierto. Es death metal sueco de la vieja escuela, del de toda la vida. Muy bien hecho, es cierto que lo hemos escuchado mil veces, pero nos encanta y siempre volvemos a por más.