Naglfar – Cerecloth

Hablar de Naglfar es hablar del Vittra, que allá por 1996 llegó a mis manos en una cinta TDK y supuso una revolución, con ese sonido a caballo entre el death metal melódico y el black metal más furioso. Aquello nos pareció lo más en su momento, una versión más rápida de Dissection, pero luego perdí la pista a la banda y ya no seguí su trayectoria con el mismo interés.

Creo que fue con el Harvest de 2007 cuando recuperé mi interés hacia esta banda, notando que en absoluto habían perdido la inspiración. Con el siguiente álbum Téras parecía que seguían en buena forma, pero no le dieron continuidad hasta que, ocho años después, han publicado este Cerecloth.

Los ingredientes de Naglfar siguen ahí. Cómo iba a ser de otra manera, si sus miembros integrantes son los mismos desde hace 20 años. Por mucho que hayan ido pasando otros músicos por su formación, el núcleo se mantiene firme en el vocalista Kristoffer Olivius y los guitarristas Andreas Nilsson y Marcus Norman. Incluso los músicos de sesión reclutados para el directo (el bajista Alex Friberg y el batería Efraim Juntunen) son los mismos desde hace casi diez años.

Siguiendo esta línea de independencia musical, el disco ha sido grabado y producido por el guitarrista Marcus Norman en sus Wolf’s Lair Studios y el mito Dan Swanö se ha encargado de la masterización. El resultado es un disco de black/death metal rápido, frío y oscuro, con un fortísimo protagonismo de la melodía, aunque menos inclinado hacia a la vertiente death metalera y mucho más volcado hacia el death metal. La producción suena clásica, pero a la vez moderna, aunando el sentimiento de los 90 con la calidad que se puede lograr en los tiempos presentes.

El disco es muy homogéneo, habiendo logrado reunir un buen puñado de canciones. Todos los temas destacan por sus buenos riffs y por ir jugando con la velocidad, siempre con la melodía presente. En su mayor parte es un disco rapidísimo, pero son capaces de introducir partes más dinámicas y lentas que permiten dar aire a las canciones. Destacan Horns, Like Poison for the Soul (algo menos rápido), Cry of the Seraphim (con un pegadizo riff inicial, es un medio tiempo en la primera parte del tema que va ganando velocidad), The Dagger in Creation (con una interesante sección intermedia), el pesado, oscuro y melancólico Necronaut y el final Last Breath of Yggdrasil.

Naglfar siguen a lo suyo, y les sigue yendo muy bien. El resultado es un genial disco de black/death metal melódico y agresivo, altamente recomendable.

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