Porque hay vida más allá del rock y el metal, en esta sección voy a intentar recoger reseñas de proyectos que estén lejos del metal pero que merezcan la pena un poquito de atención.
Con una formación repartida por toda España, Abstracción debutan con el homónimo Abstracción (Nooirax). Rock psicodélico, muy en la onda de los Doors, Grateful Dead o unos Iron Butterfly con menos músculo, y demás grupos de la psicodelia sesentera. Suena clásico a la vez que moderno, con proliferación de órganos Hammond, sitares, partes atmosféricas y una bonita voz. Sus apenas 25 minutos pasan volando.
Witchcraft, que antaño fuera un combo de doom metal capitaneado por el vocalista y guitarrista Magnus Pelander, se ha convertido en un proyecto en solitario cuya orientación ha cambiado radicalmente. Este Black Metal (Nuclear Blast) es un disco completamente acústico, pero oscuro, lento y depresivo como pocos. Tiene momentos grandiosos (Elegantly Expressed Depression), pero otros donde el proyecto hace aguas por todas partes.
Cambiando radicalmente de tercio Bear, The Storyteller es un grupo cordobés de dark folk que debuta discográficamente hablando con Deidades (Darkwoods). Se trata de un bonito álbum de folk castellano, totalmente acústico, con flautas, guitarras, violines y una suave percusión. Perfecto para acompañarte en los momentos más relajados del día, gracias a los muy buenos temas que lo componen.
Otro proyecto completamente alejado del metal es The Alligator Wine, nacidos de la mente del batería Thomas Teufel y el teclista y vocalista Rob Vitacca (ex-Lacrimas Profundere). Su debut, Demons of the Mind (Century Media) es puro rock’n’roll, pero sin guitarras, solo con teclados y batería. Un estilo a lo que hicieron Arkaea, perdiendo en psicodelia y experimentación y ganando en entretenimiento.
Vuelven Me and That Man, el proyecto de country-rock de Nergal, líder de los extremos Behemoth. Es un trabajo genial, relleno de temas pegadizos y al que la participación de numerosos vocalistas invitados (Ihsahn, el saxofonista Jorgen Munkeby, Sivert Hoyem), muchos de ellos ajenos al mundo del metal. Este New Man, New Songs, Same Shit Vol. 1 no hace sino confirmar que Nergal está de dulce a la hora de escribir canciones.