¡Vamos con otra tanda de reseñas!

Jóvenes pero sobradamente preparados, los americanos Warbringer ya son unos clásicos del thrash metal moderno a pesar de rondar los 30 años. Su reciente Weapons of Tomorrow (Napalm Records) es un brutal disco de thrash metal técnico y violento, en el que también tienen cabida partes pesadas y ultrarrápidas. Diverso y entretenido, aúna aires del thrash clásico con sonidos más modernos. Una gozada de disco.

De Estados Unidos vienen tamnién Primitive Man, que presentan su tercer larga duración, Immersion (Relapse Records). Practican un doom metal ultrapesado, con un sonido sucio y una voz hipergutural y cavernosa, en el que hay bastantes momentos de noise. La monolítica batería se mantiene constante durante los temas, siendo el juego de voces la única concesión a la variedad. Demasiado lineal y monótono para mi gusto.

Sonado es el regreso de los noruegos Conception tras 23 años de silencio. Su nuevo álbum, State of Deception (Autoeditado) supone retorno de una banda clásica del heavy metal en su vertiente más progresiva, encabezada por el gran vocalista Roy Khan. En este su primer álbum desde 1997, en el que participa la formación original (y única) de la banda alternan temas más movidos y baladas como Anybody Out There para dar forma a un buen disco de metal.

Los brutales Aronious se han tomado su trayectoria con mucha tranquilidad, habiendo publicado un par de EPs antes de su debut, Perspicacity (The Artisan Era). Practican un brutal death metal de altísimo nivel técnico, con guiños al deathcore y djent. El disco goza de un sonido espectacular, nítido pero contundente y agresivo, coronado por una voz ultragutural, con ritmos intrincados que cambian continuamente en un disco apabullante (a veces incluso demasiado) y atronador. Para mi gusto ganan puntos cuando rebajan un punto la agresividad. En su contra juega que dura casi una hora, por lo que acabas la escucha físicamente agotado.

Igualmente brutales, pero menos técnicos, son los ucranianos Schizogen, que publican su segundo trabajo, Spawn of Almighty Essence (Willowtip Records). Pura y simple brutalidad en la que se alternan partes rápidas y pesadas sin dejar títere con cabeza a lo largo de los 40 minutos que dura el álbum. Una producción que hace hincapié en el brutal sonido de guitarra, pero en el que las líneas de bajo se aprecian perfectamente, dando quizá el punto más «distinto» a los temas. Nada nuevo, pero ejecutado a la perfección.