¡Seguimos sacando reseñas del cajón!
Desde Nueva Zelanda llegan Ulcerate y su último trabajo, Stare into Death and Be Still (Debemur Morti Records). Son muchos años insistiendo con Ulcerate y no consigo ver en ellos las maravillas que todo el mundo loa. Son originales, son técnicos, son enrevesados, tocan de lujo y, sin embargo, no me gustan ni un ápice. Este álbum tiene todos esos buenos ingredientes y sin embargo sigue sin lograr engancharme al grupo.
Uno de esos grupos raros que salen de vez en cuando, Realize publican su segundo trabajo, Machine Violence (Relapse Records): nunca he sido muy fan del metal industrial (mi relación con él se reduce a GodFlesh y Pitchshifter). Sin embargo, este álbum me ha encantado, diverso y entretenido, rápido, pesado, con buenos riffs de guitarra. Lo recomiendo encarecidamente.
Más tradicionales son los rumanos Akral Necrosis, que publican su tercer trabajo, The Greater Absence (Loud Rage Music). Puro black metal, rápido y con una producción limpia pero que captura la esencia del sonido clásico del género. Aúnan partes melódicas y pegadizas junto a ramalazos más ambientales. Buen disco que, sin embargo, se me ha acabado haciendo un poco largo.
Hace mucho que había perdido la pista a Night in Gales y resulta que, salvo un parón entre 2005 y 2011, han estado publicando regularmente cada dos o tres años. Su nuevo trabajo es este buen Dawnlight Garden (Apostasy Records), un híbrido perfecto entre la melodía de los antiguos In Flames y la contundencia de unos At the Gates. Un sonido perfecto que hace justicia a unos entretenidos temas llenos de velocidad y melodía.
Otros históricos, pero de los de verdad, son Benediction quienes vuelven a la carga con Scriptures (Nuclear Blast) Han pasado doce años después de su último trabajo y ellos siguen a lo suyo, con ese death metal rápido y rítmico propio de los primeros 90. Han sacado un sonido bastante logrado, aunando la crudeza de los inicios con la nitidez de los tiempos actuales. No está mal, aunque quizá sea algo plano.