Caligula’s Horse – Rise Radiant (2020)

Que hay vida más allá de Dream Theater en el metal progresivo es un hecho, dado el ingente número de grupos que han surgido en la última década que practican este estilo. Es más, las ínfulas progresivas han ido permeando en otros géneros, de manera que incluso en los ambientes más extremos tenemos bandas que se hacen eco de la influencia de los americanos.

Caligula’s Horse es un quinteto australiano que lleva en activo desde 2010. En esta década han publicado cinco álbumes completos, acudiendo a su cita bianual con una puntualidad que asusta. Con el guitarrista Sam Vallen y el vocalista Jim Grey como únicos miembros permanentes desde la fundación de la banda, ésta ha ido creciendo poco a poco hasta confirmarse como un grupo a tener en cuenta en la escena.

El disco lo han grabado en su Australia natal y lo ha mezclado y masterizado el afamado Jens Bogren en su estudio Fascination Street en Suecia. La producción ha corrido a cargo del guitarrista Sam Vallen, con un resultado grandioso. Tratándose de un disco de metal/rock progresivo con fuerte aire atmosférico, apenas hay partes contundentes o agresivas, sino que todo el disco transita por derroteros más atmosféricos y ambientales.

Musicalmente es una gozada. Hay ramalazos pop, rock, partes ambientales, lentas, guitarreras… La etiqueta «metal» se queda corta para un disco lleno de detalles, con un soberbio trabajo instrumental. El tono de las guitarras recuerda por momentos a grupos de metal progresivo moderno como Between the Buried and Me, con un gran trabajo en las rítmicas como en los solos, buenas líneas de bajo y numerosos ritmos de batería. El registro vocal es muy variado, pasando de partes donde suena suave y melódica a otras donde adopta un tono algo más rockero, sin llegar jamás a la contundencia de un vocalista metálico.

Se trata de un disco en el que apenas hay temas de relleno, pero en el que por encima de todos destacan el incial The Tempest, de aire metalero, aunando partes atmosféricas y guitarreras y un buen estribillo; el intrincado y pegadizo Valkyrie; la bonita balada Autumn; y The Ascent, un épico tema que supone un perfecto compendio de todos los ingredientes del disco: atmosférico y guitarrero a partes iguales, sin renunciar a la melodía, llegando a mostrar contundencia con ramalazos de doble bombo y un solo piretécnico.

Este disco es una vuelta de tuerca necesaria al metal progresivo. Muy trabajado, lleno de detalles, es de esos discos que en cada escucha te regalan algo nuevo. Una gozada.

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