Lo que en su momento fue un divertimento capitaneado por el inquieto Neal Morse (voz, teclados) y al que se sumaron Mike Portnoy (entonces en Dream Theater, batería y voz), Roine Stolt (The Flower Kings, guitarra y voz) y Pete Trewavas (Marillion, bajo y voz), ha acabado convirtiéndose por derecho propio en uno de los grandes nombres del rock progresivo actual, capaz de levantar expectación ante cualquier lanzamiento que anuncien.
Dueños de una discografía impresionante (en 20 años han lanzado apenas 5 álbumes de estudio), donde se funden pop, rock y algún ligero brochazo de metal, siempre desde el prisma de la música progresiva, algo obvio viendo los grupos de donde provenían sus miembros. Temas largos, larguísimos, rondando los 15 minutos en el menor de los casos, en los que la música de Transatlantic no tiene ningún límite.
Para este lanzamiento han rizado el rizo de la manera más alocada posible: hay tres (3) versiones distintas del disco: la simple (Abridged Version – un CD), la extendida (Forevermore Edition – 2CD) y la total (Ultimate Edition – 3CD). El listado de temas en las dos primeras no es el mismo, de manera que la única manera posible de poder escuchar todos los temas que conforman este álbum conceptual es hacerse con la Ultimate Edition, que incluye también 5 vinilos y un Blu-ray. Una cosa es la típica edición estandard y la deluxe, pero esto ya roza el esperpento. Vale que quieran dar algo distinto a los fans según su nivel de frikismo, pero así seguir la historia completa se convierte en algo imposible.
Fieles a su independencia habitual, el disco se grabó a trozos entre septiembre de 2019 y mayo de 2020, superando la pandemia y un enfrentamiento artístico sobre el álbum que acabó derivando en la existencia de las dos versiones antes mencionadas. Al final Neal Morse se hizo cargo de la versión «corta», mientras que Roine Stolt se encargó de la versión larga. De esta manera no se trata de dos versiones del álbum con distintos temas, sino que en algunos casos las tomas incluidas son distintas.
En cualquier caso, el sonido del disco es una gozada. Tampoco es que haya muchos cambios respecto de anteriores trabajos, apreciándose sobre todo el inconmensurable trabajo de Pete Trewavas al bajo. Por lo demás, ya sabéis: rock progresivo, de tonos alegres y con ramalazos que se acercan al pop. En un disco como este, conceptual, en el que todos los temas van unidos y que se extiende hasta los 90 minutos, es difícil destacar tema alguno. Todos tienen un nivel excelente, todos son pequeñas joyas y destacar alguno es hacer una injusticia al resto.
El rock progresivo sigue en plena forma gracias a trabajos como este. Transatlantic son una pequeña anomalía en el mundo del rock y esperemos que siga siendo así durante mucho tiempo.