La historia reciente de Fear Factory ha dado (y sigue dando) mucho que escribir. Pocas veces una banda ha sido considerada tan influyente con tan poco (sus dos primeros discos son el pilar en el que se apoya el metal moderno), pero el choque de egos relatado en esta entrada seguramente ha dado al traste con las posibilidades de reconocimiento de la misma.
Este Aggression Continuum evidentemente no escapa a la polémica. Grabado en 2017, se ha pasado cuatro años en la nevera hasta que la última gran disputa legal entre los miembros de la banda terminó con Dino Cazares como dueño de los derechos de la banda y Burton C. Bell, vocalista de la misma, huyendo por razones no aclaradas del todo.
Como decía, el disco se grabó en 2017 y en 2020 se hicieron algunas modificaciones (sustituir las baterías programadas por reales, reamplificar algunas guitarras, grabar algunas voces…). Han contado con Damien Raynaud a la producción, quien ya colabora con ellos desde The Industrialist y la mezcla ha corrido a cargo del mítico Andy Sneap. De la grabación de los instrumentos se encargó Dino Cazares (guitarra y bajos) y finalmente fue Mike Heller quien grabó las baterías «reales», además de contar con Rhys Fulber a los teclados. Una mezcla entre lo clásico y lo nuevo, como es todo el álbum.
Musicalmente el disco resulta un intento de volver a los tiempos del Demanufacture. El sonido es seco y frío como lo era en aquel disco, pero sin embargo me parece que a las guitarras les falta fuerza. Allá donde anteriormente sonaban potentes y cortantes, ahora han perdido ese filo, esa contundencia que les caracterizaba. La interpretación de Burton C. Bell tampoco es la de otrora, con un tono agresivo que no resulta tan feroz y una voz limpia, a la que recurre con mayor frecuencia, pero que ha conocido mejores tiempos.
El disco no empieza mal. Recode es un tema agresivo, con un estribillo pegadizo donde la voz limpia de Burton funciona y una fuerte presencia de teclados. Disruptor intenta seguir esa onda, con un riff más machacón, manteniendo el tipo; pero al llegar el tema Aggression Continuum ya baja enteros, se hace más pesado y monótono. Purity tiene un inicio prometedor, pero al avanzar el tema parece que la voz de Burton se resiente y acaba por convertirse en una especie de medio tiempo un tanto deslucido.
Tras este parçon para coger fuerzas el álbum sigue con Fuel Injected Suicide Machine, que tiene una parte central rápida muy chula seguida de una melódica bastante pastelera; pasamos a Collapse, tema muy rítmico, con muchos parones, al que le cuesta fluir. Sin embargo, con Manufactured Hope se recuperan buenas sensaciones, aunque la sección de voz limpia flaquea un poco, senda que se mantiene en Cognitive Dissonance, otro tema de aire clásico, con buenos riffs en las estrofas y un estribillo arruinado por la voz limpia. Ya llegamos al final del álbum, con el moderno y melódico Monolith, en el que predomina la voz limpia de Burton, que resulta dificilmente reconocible. Acaba el disco con End of Line, un buen tema agresivo, recuperando el aire clásico, rítmico y repetitivo.
El disco me deja una sensación agridulce. Hay buenos mimbres, con 4-5 temas destacables, pero también hay bastante relleno, lo que hace que la impresión final no sea tan redondo como cabría esperar. Dino Cazares ha hecho un ímprobo trabajo para mantener a flote el nombre Fear Factory, pero creo que necesita compañeros de banda que le aporten ideas en la composición para dar una bocanada de aire fresco a la banda.