Helloween – Helloween (2021)

¡Por fin! Después de 30 años de declaraciones cruzadas, desprecios, cambios de estilo musical y una lenta reconciliación, finalmente tenemos de vuelta unos Helloween con Kai Hansen y Michael Kiske, probablemente algo por lo que mi yo de hace 25 años hubiera dado el brazo izquierdo (de alguien, entiéndase).

Cierto es que este álbum viene precedido de una gira y un single que han servido para ver si la reunión funcionaba, y a buena fe que parece que así es. Para empezar, todos son 30 años más viejos (y experimentados) y ya no tienen los problemas con el management que sazonaron su etapa con Noise y que acabó con las huidas de Hansen y Kiske.

Al estilo de Iron Maiden con Janick Gers, la vuelta de Hansen y Kiske no ha supuesto la marcha de los músicos que les sustituyeron, sino que Sascha Gertsner (guitarras) y Andi Deris (voz) se mantienen en la banda. De esta manera Helloween reúnen en su formación a la formación del Keeper of the Seven Keys (a salvo del malogrado Ingo Schwichtenberg) más los miembros que han ayudado a mantener viva la banda, los mencionados Gertsner y Deris, a los que se suma el batería Dani Löble.

Con ello nos encontramos una formación extensa, con los tres vocalistas de las tres etapas de Helloween y tres guitarristas. Además, los créditos de composición son bastante variados, repartiéndose los mismos entre Andi Deris, Sascha Gertsner, Michael Weikath, Kai Hansen y Markus Grosskopf. Curiosamente Michael Kiske no ha querido intervenir en este apartado, sin cerrar la puerta a lo que pase en un futuro.

Para grabar el disco han acudido al renombrado productor Charlie Bauerfeind, quien se ha encargado de coordinar la grabación, que ha tenido lugar en distintos estudios de Europa (Alemania, Inglaterra y Tenerife, donde reside Andi Deris). Evidentemente, la calidad de sonido y la mezcla están a un nivel estratosférico. Huyendo de luchas de egos por saber a quien se le oye más, todos los instrumentos gozan de un perfecto equilibrio, siendo el protagonismo para las voces.

En cuanto a los temas, se ha logrado un equilibrio perfecto entre la época dorada de Kiske y la de Andi Deris, con lo que el resultado es un disco en el que el power metal clásico se funde perfectamente con el más moderno. A base de buenas melodías y riffs pegadizos, el disco aguanta bastante bien sin traer nada nuevo. Así, destacan el inicial Out for the Glory tremendo, lleno de fuerza y potencia, marca lo que va a ser el resto del álbum. Peca quizá de meter demasiados riffs, pero tiene un estribillo para morirse por él. También merecen la pena Fear of the Fallen más cercano a los helloween modernos y que es otro de los puntos fuertes del disco; Indestructible, el rápido Robot King, que nos lleva de nuevo a los Helloween más clásicos y Skyfall, larga pieza que cierra el disco, que recupera el aire épico en la onda de Keepers, con muchas secciones distintas y cambios entre partes rápidas y otras más reposadas.

Al final se me ha hecho un poco largo, y es que el minutaje al final se va a 73 minutos, muchos hoy en día. Puede que hayan tenido una explosión de creatividad y que haya sido difícil dejar música fuera para no herir los egos de nadie, pero creo que habría que haber recortado minutaje. Por lo demás, un disco que prueba que Helloween siguen en forma, sabiendo conjugar lo mejor de la era Kiske y la Deris.

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