Antti Martikainen – Carmina Gloria (2021)

En el mundo del rock/metal hasta ahora estábamos acostumbrados, o al menos yo lo estaba, a que que quien compone la música es, normalmente, quien la graba. Vale, tenemos ejemplos como el de Desmond Child, que ha escrito temas para Kiss, Steve Lukather y sus múltiples trabajos como compositor o músico de sesión, pero normalmente se ciñen a algunos temas, en los que también la banda compone.

Lo que hoy traemos a análisis es la última obra del prolífico compositor finés Antti Martikainen, quien en su Bandcamp hace gala de una prolífica actividad. Sin llegar a los 40 años ha publicado ya 20 álbumes (que se dice pronto).

Martikainen se ha encargado de la composición, arreglos, mezcla y masterización de la música que conforma este Carmina Gloria, pero no ha tocado una sola nota. De la música se encargan Simone Mularoni (que además se ha encargado de la mezcla y masterización de la parte «metal» del álbum) y Francesco Mattei (guitarras) además de una pléyade de músicos que se encargan de instrumentos clásicos y folk como violines, hurdy-gurdy, obes, flautas… En los créditos no hay rastro del bajista o batería, por lo que he de suponer que del primero se ha encargado alguno de los guitarristas y que la segunda está completamente programada. Y quitando algunos coros, se trata de un disco completamente instrumental.

Así, la producción y la mezcla están bastante bien, con un buen equilibrio entre instrumentos, aunque las guitarras acaben teniendo el mayor protagonismo. El conjunto suena muy nítido, muy limpio, con unas guitarras powermetaleras, una batería que logra sonar natural (a pesar de estar programada) y unos instrumentos de acompañamiento que no quedan enterrados en la mezcla, sino que tienen su espacio.

Por lo demás, estamos ante un disco de power metal sinfónico que perfectamente podrían haber firmado los Rhapsody de los 90. Quizá hay menos doble bombo, transcurriendo el álbum en un tempo animado pero sin carreras ni velocidades excesivas. Hay buenos riffs, buenas melodías y algún solo destacable, como debe ser en el power metal. Al final siguen el manual al pie de la letra, por lo que todo queda fiado a la calidad de las composiciones y la ejecución, que tienen un nivel más que respetable. El hecho de que sea un disco instrumental y que los temas estén ligados entre sí hace difícil destacar uno por encima de otro, primando el conjunto por encima de todo.

En resumen, una curiosidad que funciona. Por momentos parece que estemos ante una banda sonora, con lo que la mezcla entre lo sinfónico y lo metalero está muy bien lograda. ¿El problema? Que no dejo de tener la sombra de la duda de si esto es «real» o son todo samplers.

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