Puntuales a su cita con el estudio, la apisonadora belga Aborted nos presenta su undécimo álbum en una trayectoria que se extiende ya desde 1995 y que les sitúa como uno de los grandes nombres de la escena deathmetalera europea.

Comandados por el vocalista Sven, único miembro fijo de la banda desde sus inicios, en este álbum se mantiene intacta la formación que ha venido trabajando en la banda desde 2016, con la única excepción del guitarrista Harrison Patuto, que giró con ellos entre 2019 y 2021 (y que estuvo presente en su visita a Bilbao con Baest y Entombed AD).

Repiten de nuevo con Kristian «Khole» Kohlmannslehner a la producción, que lleva colaborando con ellos desde 2016 y ya en su anterior Terrorvision asumió los mandos de una grabación hecha a caballo entre Europa y Estados Unidos, ya que la mitad de la banda reside en cada continente. A pesar de lo que pueda parecer, el sonido del disco es espectacular, con una batería que asume el protagonismo y unas guitarras cortantes y agresivas.

Musicalmente hablando, me parece uno de los lanzamientos más completos de Aborted. Partiendo de la exhibición que da Ken Bedene a la batería (el hombre impasible, capaz de hacer un blastbeat con la calma de quien compra yogures), encontramos un disco, al menos para mí, más variado y más técnico, en el que además del death/grind desquiciado propio de los primeros tiempos de Aborted, encontramos partes más pegadizas que enganchan al oyente.

El disco está lleno de buenos temas. Tras el inicial Verderf, tema lento y pesado, llega el tema título, un Maniacult que alterna la rapidez insana de Aborted con partes pesadas y pegadizas, además de gozar de un buen solo, uno de los puntos álgidos del álbum junto con el también pegadizo Portal to Vacuity pegadizo, Ceremonial Ineptitude o un Drag Me to Hell donde se entremezclan todos los ingredientes antes mencionados para dar lugar a uno de los temas más completos del disco.

Me ha gustado mucho el disco, me parece que el cambio, por mínimo que sea, le ha sentado muy bien a Aborted. Los nuevos ingredientes hacen que los temas suenen más frescos y el disco se haga más entretenido. Una auténtica gozada.