El thrash metal de inspiración ochentera goza de buena salud, después de unos años duros para el género. Los ya veteranos Rancor demuestran en su tercer álbum, Bury the World (Xtreem Music) que todavía se pueden hacer cosas interesantes sin toquetear mucho la receta original. Temas rápidos y frenéticos pero a su vez pegadizos, con un sobresaliente trabajo de guitarras tanto a nivel de riffs como de solos que se ven beneficiados por una producción nítida que resalta ese trabajo.
Vamos con el primer y único lanzamiento de Dream Widow, banda ficticia creada para la película Studio 666 y cuyo único integrante es el ínclito Dave Grohl, actor (junto con el resto de Foo Fighters) y co-guionista de dicha película. El disco, Dream Widow (Roswell Records) es un compendio de heavy metal, stoner rock, hard rock e incluso algún ocasional ramalazo más extremo. Un curioso popurrí íntegramente interpretado por Grohl, con una producción excelente y un buen resultado, entretenido mientras llega (si lo hace, dados los acontecimientos) el próximo disco de Foo Fighters.
No uno, sino dos discos nuevos nos traen los americanos Locrian. El primero de ellos, New Catastrophism (Profound Lore), contiene 4 temas en 35 minutos de música ambiental, densa y oscura, principalmente a base de sintetizadores pero con algún ramalazo ocasional de guitarra acústica o eléctrica y percusión. El segundo, Ghost Frontiers (Profound Lore), contiene sólo dos temas en media hora y sigue la misma senda que el anterior. Música ambiental, densa e hipnótica, ideal para abstraerse de todo y dejar a la mente viajar libre.
Entrails llevan ya un tiempo entre nosotros y siempre han optado por la fórmula del death metal sueco de la vieja escuela. Con An Eternal Time of Decay (Hammerheart Records) siguen apostando por la misma receta, de sobra experimentada: guitarras crujientes, sonido espeso pero nítido a la vez en una apuesta sin duda segura. El disco está bien, es entretenido y tiene temas pegadizos, por lo que consigue destacar de entre todos los discos del estilo publicados últimamente, haciendo que merezca la pena la escucha.
DISCO DE LA SEMANA
La de Machine Head empieza a ser una trayectoria digna de una montaña rusa. A dos discos buenos les siguen otros dos criminales y, tras tocar fondo, empiezan el ciclo de nuevo (con cambio de miembros, normalmente). Con este Of Kingdom and Crown (Nuclear Blast) Machine Head remontan tras tocar fondo con Catharsis, un disco larguísimo y con el foco perdido y que acabó haciendo saltar por los aires la que era la formación más aplastante que he tenido delante. Of Kingdom and Crown es un disco que retorna a la senda del Unto the Locust, su último gran álbum: tiene un sonido atronador, cortesía de Zach Ohren y Colin Richardson, la ejecución es perfecta y los temas combinan esas partes melódicas y accesibles que tanto le gustan a Robb Flynn con partes cañeras e intensas. A mí me ha reconciliado de nuevo con la banda gracias a temas como My Hands Are Empty o Arrows in Words From the Sky.