Escucho el nuevo disco de SepticFlesh y acabo con sensaciones encontradas. Por un lado, Modern Primitive (Nuclear Blast) tiene todos los ingredientes que han hecho de los griegos una de las fuerzas motoras del metal europeo: temas potentes, rápidos e intensos, coronados por las espectaculares orquestaciones. Los temas están muy bien, destacando entre ellos The Collector, Coming Storm o el pegadizo estribillo de A Desert Throne, pero el problema es que Septicflesh han encontrado una fórmula que les funciona y la están explotando a base de bien, de manera que los temas acaban siendo intercambiables por cualquiera de sus últimos trabajos.
Otro culo inquieto de la escena rock/metal, Billy Sheehan pasa por ser uno de los mejores bajistas de la escena, como deja clara su participación en Mr. Big, Sons of Apollo y un extenso currículum como músico de sesión. Ahora ha resucitado su primera banda, Talas, y ha publicado el álbum que dejaron listo en 1985, oportunamente titulado 1985 (Metal Blade). Con el batería y vocalista originales y un nuevo guitarrista, el disco está a caballo entre los antiguo y lo moderno, con temas de clara inspiración ochentera pero pasados por el tamiz de una producción moderna. El resultado es una acertada mezcla de hard rock y heavy metal con aires progresivos, entretenido pero sin más.
Curiosa trayectoria la de los holandeses Infantry. Formados en 2006, no constan grabaciones hasta su álbum debut en 2017. Este Terminal Society (Autoeditado) es su segundo álbum, en el que registran un furioso thrash/death metal. Juegan acertadamente con los cambios de ritmo y velocidad, aunque se mueven predominantemente en tempos acelerados. Las guitarras suenan afiladas y cortantes y tienen algún riff pegadizo, siendo el único punto flojo la voz, cuyo registro no termina de convencerme. El disco no está mal, pero los temas rápidos acaban por ser bastante similares entre ellos; es más, curiosamente, cuando bajan revoluciones sacan a pasear un lado melódico que suena muy bien (por ejemplo, el tema Terminal Society), pero por lo demás es un álbum digno.
El nuevo EP de los americanos Tombs, Ex Oblivion (Season of Mist), es una golosina para matar el tiempo: un tema nuevo, dos versiones, una remezcla y una curiosidad son las canciones que componen este lanzamiento, que nos trae una vertiente distinta del sonido de la banda, un sonido pétreo, contundente y machacón. El tema nuevo, Ex Oblivion, es la mejor muestra de ese sonido; las versiones, Killed by Death de Motörhead y Commit Suicide de GG Allin) son eso, versiones más o menos acertadas; tenemos también un tema remezclado en clave electrónica, (Sombre Ruin Nothing Remains); y Murder Legendre, un tema de puro ambient; en definitiva, un pasatiempo mientras llega su nuevo álbum.
Fit For An Autopsy son uno de los mejores exponentes de deathcore y un grupo con el que no consigo conectar. Me pongo con su último Oh What the Future Holds (Nuclear Blast) y salgo con la misma sensación de siempre con estos grupos: no aguanto las partes hiperpesadas, mientras que algunas de las más técnicas y death metaleras tienen un pase. La producción, como siempre, es demasiado limpia y nítida, dando la sensación de ser demasiado «perfectos», cosa que no me termina de gustar en un género, como el metal extremo, donde un poco de caos siempre es bienvenido.
Después de mil batallas legales, los legendarios Venom siguen adelante como Venom Inc., impulsados por el guitarrista Mantas y el batería Abaddon. There’s Only Black (Nuclear Blast) es su último trabajo, en el que dan continuidad a su heavy metal agresivo, con ramalazos de thrash y death metal. El disco está bien y suena potente, pero me gustaba más la vena caótica de los viejos tiempos de Venom. En cualquier caso, es un trabajo digno después de más de 40 años de carrera.
DISCO DE LA SEMANA
Uno de los descubrimientos de este año son, sin duda, los italianos Messa. Los descubrí preparándome para las Lunacy Sessions y me he quedado completamente colgado de su sonido. En Close (Svart Records) hacen gala de un sonido personalísimo, que alterna el doom metal con sonoridades más cercanas al folk, al ambient o incluso al jazz, todo ello coronado por la magnífica voz de su vocalista Sara. El sonido es similar al de los primeros discos de Black Sabbath, dando a los temas un aura oscura y retro que les sienta como anillo al dedo, sobresaliendo de entre ellos Rubedo, If You Want Her to Be Taken o Serving Him. Una gozada de disco por lo original y diferente de su propuesta.