Soul Furnace (Season of Mist) es el debut de los australianos Black Lava, formados en 2021 pero cuyos integrantes cuentan con una amplia experiencia a sus espaldas. Un disco corto, 9 temas en 34 minutos, de black metal con tintes death metaleros, con algunos riffs pegadizos de inspiración rocanrolera diseminados aquí y allá que les dan algo de originalidad. Por muy poco evitan clasificarlos como el enésimo clon de Behemoth, pero su propuesta es bastante parecida a la de los polacos..

No ocurre lo mismo con Deathwestern (Century Media), el segundo disco de Spiritworld, banda de Las Vegas que autodenomina su propuesta muscial precisamente así, death western. En la práctica estamos ante una amalgama de thrash metal con elementos propios del hardcore y algún atisbo de death metal con algún guiño al country. El disco suena muy bien, potente pero nítido y se pueden apreciar todos los instrumentos en la mezcla. Musicalmente no termina de convencerme, hay momentos muy inspirados pero otros son bastante plomizos. Un disco un tanto irregular, pero que merece la pena la oportunidad.

El dúo Diabolical Raw presenta su segundo trabajo, Elegy of Fire Dusk (Base Record Production), un disco de black metal sinfónico con fuertes influencias de Cradle of Filth, Dimmu Borgir o SepticFlesh. El disco goza de una producción increíble, donde el protagonismo se lo reparten las guitarras y los teclados, principales actores de la música de Diabolical Raw. A nivel instrumental el disco es un lujo, está tocado a la perfección y los temas están muy bien, variados y con gancho. El único problema que le veo es que el disco dura casi 80 minutos, con lo que se acaba haciendo un pelín largo. Si no fuera por esto, sería casi perfecto.

Desde Bélgica nos llega el primer álbum de Gallia, Obscura (Autoeditado). Un señor disco de metal sinfónico, una suerte de Nightwish o Epica pero con un sonido más afilado. La producción es una gozada y la ejecución de los temas casi perfecta, llena de teclados y elementos sinfónicos pero sin perder filo ni agresividad en las guitarras. Los temas están muy bien construidos y alternan con gusto todos los ingredientes señalados, de manera que es un disco equilibrado, melódico y agresivo a partes iguales. Una gozada.

No conocía de nada a Induction, pero su segundo álbum, Born From Fire (Atomic Fire) me ha descubierto a una potente banda de power metal con fuertes elementos sinfónicos. Forma parte de la misma Tim Hansen, hijo del mítico Kai, y las influencias de las bandas paternas son evidentes, aunque aquí los teclados tienen mayor protagonismo. La producción limpia y nítida da un cierto empaque a los temas, que están compuestos con acierto, con estrofas rapidísimas y estribillos pegadizos. Buen disco de power metal, sin duda.

El thrash metal ochentero está en pleno revival y el último trabajo del estilo que he escuchado llega de la mano de los belgas Evil Invaders y su último lanzamiento Shattering Reflection (Napalm Records). Oscilando entre la velocidad absurda y partes más accesibles, lo cierto es que presentan una buena colección de temas, con un buen sonido que realza los potentes riffs que hay repartidos por el álbum. Aunque, curiosamente, el tema que más me ha gustado ha sido el medio tiempo In Deepest Black, donde podemos atisbar una banda que sabe hacer algo más que correr.

DISCO DE LA SEMANA

La vuelta de Golgotha a la actividad ha sido una de las grandes noticias de la escena metalera de los últimos años. Y es que han ido encadenando buenos trabajos, siendo Mors Diligentis (Xtreem Music) la última muestra. Fieles a la esencia del Doom metal clásico pero con un sonido y una producción actuales, el disco suena fresco y variado, potente y melódico, repleto de buenos riffs. Me ha gustado mucho el juego de voces entre limpias y agresivas y masculina y femenina, que creo que le sienta como un guante a la música y demuestra que han superado la marcha de su carismático vocalista Amón. Una gozada de trabajo.